La glucosa es el carburante base para todas las funciones de nuestro organismo. Para cada actividad, tanto física como mental, nuestras células requieren la adecuada aportación de glucosa. La glucosa se introduce en nuestro organismo mediante la alimentación, es decir, de 2 a 4 veces al día; una parte se acumula para las necesidades posteriores, entre una comida y la siguiente. Una de las difíciles funciones que nuestro organismo debe cumplir es mantener adecuados niveles de glucosa en la sangre, garantizando al mismo tiempo la justa cantidad de energía y, por tanto, de glucosa, en el momento en que se necesita, utilizando rápidamente las reservas acumuladas. Este delicado equilibrio se mantiene gracias a algunas hormonas: insulina, glucagón y somatostatina.Tras una comida normal, en unas 2 horas, la glucemia vuelve a sus valores normales gracias a la acción de la insulina, a la actividad física, al uso de glucosa para la actividad celular y a su transformación en glucógeno. Sin embargo, en algunas situaciones (dietas inadecuadas, sobrepeso, edad, tabaquismo, hipertensión, diabetes), nuestro organismo no consigue garantizar niveles adecuados de glucosa en la sangre, de modo que la glucemia sube. Además del ejercicio físico, un estilo de vida sano y una dieta variada y equilibrada, pueden ser útiles algunos remedios naturales.